miércoles, 6 de abril de 2016

VUELVE A EMPEZAR
Lo peor no es volver al inicio, es no intentarlo.

"Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas" Mateo 6:34

Siempre me fascino la historia del Sr Alba Edison, muchos deben conocerlo o han escuchado hablar de él, fue el creador de la bombilla incandescente. Si han leído su biografía notaran que fue un hombre muy persistente, narra que realizo más de diez mil intentos para lograr que funcionara, él describe que al culminar su gran invento, que literalmente daría luz al mundo, un reportero le pregunto qué ¿cómo se sentía el haber fracasado más de diez mil veces?, a lo que el respondió: “Yo no fracase, yo aprendí más de diez mil veces como no se hacía”. ¡Wow! Que actitud la del Sr. Edison, en lo personal creo que esta es la esencia del éxito en general, siempre aclaro que el éxito es algo que vivimos a diario, el éxito no es un destino donde debemos aspirar, no hay camino para el éxito, el éxito es el camino. No radica en tener la casa de tus sueños, el auto, el empleo deseado. El éxito no depende solo de lo material.


El éxito ya lo tienes asegurado. Ganaste desde tu nacimiento, llegaste en primer lugar y aquí estas, leyendo esta simple reflexión, respiras, tienes vida, ¿qué más éxito quieres?, lo demás son metas y ambiciones pero exitoso(a) ya eres.

La persistencia es el arma secreta para alcanzar tus objetivos en la vida. Los grandes personajes de la historia se caracterizaron por ser persistentes y no rendirse. ¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Volver a empezar? Peor es no intentarlo de nuevo. Las personas que más fracasan son las que están más cerca de lograrlo, no es el fracaso lo que te dará la victoria, es que a pesar de que fracases vuelve a intentarlo una y otra vez, cada fracaso te acercara a la meta, te pulirá y dará nuevas ideas, te hace más fuerte y menos vulnerable al mayor enemigo que eres tú mismo. Edison lo intento más de diez mil veces, y hoy por hoy se lo agradezco, no me imagino el mundo actual sin luz. Al morir Edison, en gran parte del mundo se apagó la luz en su memoria por un minuto. La persistencia cambia vidas, marca la historia, escribe leyendas. El famoso Michael Jordán fallo miles de tiros, pero es recordado por los otros miles que si encesto llevando a su equipo a ganar los campeonatos. Albert Einstein modifico ciento de veces la famosa teoría de la relatividad antes de ser “famosa”… ¿Ves? Estas personas que fracasaron continuamente son las que en algún punto, llegaron a su destino. No era el éxito. Fue demostrar que si podían lograrlo pero tuvieron que persistir.

Hace años trabaje en una empresa de mercadeo en donde altos ejecutivos me enseñaban el valor de persistir, siempre me decían: “Vende, vende, vende, y si aún puedes empujar tu energía más allá del cansancio…vende. Camino a casa después de la jornada si tienes la oportunidad de vender, hazlo. Para eso estas aquí”. Esto se volvió hábito en mí, no había persona a la que no le hablara de mi producto. En aquella época logre números muy altos con mis ventas. Era mi determinación la que definía mis resultados positivos, llegue a un nivel muy bueno dentro de la compañía, siempre era el primero en llegar y el ultimo en irme. Persistía para demostrar lo que podía ser. Así que persiste, persiste y persiste, cada NO te acercara a un SI. Aplícalo en cualquier área de tu vida y veras como los resultados que esperabas empezaran a fluir. Pero te digo una cruda realidad: ¡Nadie lo hará por ti! Debes hacerlo tú. Modélate y fórmate, cambia hábitos malos por buenos, si sigues viendo los mismos resultados entonces deja de hacer lo mismo.

Pero hay un personaje que admiro por encima de todos, es Jesucristo, aun llevando su cruz, camino a su decretada muerte, cayo varias veces, y sabiendo que al levantarse seguiría rumbo a ser crucificado, lo hizo. Se levantó y cumplió su propósito, su meta no era la cruz, su meta era salvar la humanidad. Lo que perecía una gran derrota término siendo el mayor éxito del mundo.

Gracias a su persistencia tenemos perdón de los pecados y vida eterna en los cielos. Gracias Señor Jesucristo por persistir hasta el final y enseñarnos que aun estando desangrados y sin aliento, debemos persistir. Por tu persistencia fuimos salvados…

¡Persiste hasta lograrlo!, puedes hacer que el mundo entero te recuerde e incluso que apaguen sus luces si tu legado vale lo suficiente. Deja huellas y no te detengas, detrás de ti hay una generación que sigue tus pasos y eres tu quien les marca el camino.

Recuerda… para eso estas aquí…persiste, persiste, persiste…y si sientes que no puedes más, te falta el aliento, todo se té derrumbo y las cosas no salieron como querías…. ¡PERSISTE! Lo menos que te puede pasar es volver a empezar.

 ¡Lo vas a lograr, te lo aseguro!...



Miguel Gutiérrez.



PROHIBIDO EL PASO
Si cruzas la línea, aceptas las letras “pequeñas” del contrato.



 "Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica"   
1ra Corintios 10:23

Cuando se espera el metro o tren. Siempre hay una voz advirtiendo por los parlantes: “Por su seguridad, mantenga una distancia prudente de la raya amarilla” esto nos advierte de un alto riesgo si cruzamos esa línea y lo horrible que pudiera acontecer de hacerlo. Es un peligro letal que nos costaría la vida si no obedecemos a esa instrucción. En la vida es igual, hay líneas que NO DEBEMOS CRUZAR. De poder podemos, muchos lo han hecho y el final no ha sido nada feliz, pero ¡no debes hacerlo!

Hay una diferencia muy delgada entre la Libertad y el libertinaje, todos nosotros desde distintos enfoques somos libres en nuestra vida, el error radica cuando por el hecho de ser libre, quieres hacer lo que te da tu regalada… ¡voluntad!...saliendo de control, eso es libertinaje. No debe ser así. Tenemos algo llamado dominio propio; lo podemos usar a nuestro favor para controlar y de alguna forma  enfocar de la mejor manera nuestras emociones, carácter y decisiones en la vida diaria.

Si eres libre menos debes de cruzar esa línea delgada a los campos enemigos. ¡Los “libres” son los más buscados! Muchas veces combatimos y hasta bombardeamos las tropas del oponente declarándole la guerra, pero a muchos les ocurre que cuando menos se lo esperan, ingresan al campo de batalla equivocado. Ya no eres el enemigo del enemigo, eres su aliado. ¿Pero como paso? ¿En qué momento? Ayer era yo quien atacaba y ahora lo defiendo, duermo en sus campamentos, ¿desde cuándo convivo allí?... ¡FÁCIL! te dejaste seducir por sus encantos.

Empiezas a decirte a ti mismo(a): ya no hare más esto, última vez que veo esa página, ya no volveré a prestar mis oídos para lo que no debo, ahora sí, es definitivo no cometeré más este error. Y cuando te das cuenta estas de nuevo en lo mismo, pidiéndole perdón a Dios por el mismo error una y otra vez. ¡Basta ya! No culpes a otros. Deja de hacerlo hasta que en verdad ya no lo hagas, cambia tus hábitos, acércate a Dios y su palabra.

¿Cómo pase de repudiar algo y de un día para otro comer en la mesa de quien ayer me perseguía y pedía precio por mi cabeza? ¡Lo peor no es esto! Déjame decirte, lo peor es que aunque estés en su mesa, compartiendo y comiendo de los “manjares” y delicateses que te ofrece, te está apuntando por debajo de la mesa, la recompensa sigue vigente y solo espera el segundo oportuno para aniquilarte, solo va esperar que llegues a ese momento de conformidad, comodidad y quietud que ofrece el pecado. Cuando menos te lo esperes, serás aniquilado(a)  y nunca sabrás como ocurrió, el enemigo cocina a fuego lento, es paciente y sabe aguardar para atrapar a su presa, te hace sentir cómodo con el pecado, que creas que es parte de ti y te pertenece, te introduce en tú mente la mayor mentira; haciéndote creer que lo que haces está bien y es normal porque “todo el mundo lo hace”.

¡Pero hay una buena nueva! Jesucristo es tu salvador y quiere evitar que caigas en la trampa del que te quiere dañar y aniquilar, en tu ADN, llevas un sello especial, un código genético que no es de este mundo, por tus venas corre la sangre que fue derramada en la cruz, por tus pecados y tu vida. Te hace inmune a los virus que quieren infectarte, pero esto solo será posible si tú decides aceptar a Jesucristo en tu vida, con un corazón sincero y dispuesto.
Dios no quiere que cruces la raya, pero te ama tanto que deja esa decisión en tus manos, porque aunque sabe que no eres libre de errores, Él te dio poder para elegir y confía en ti para que tomes la elección correcta.

No cruces la línea enemiga, ni en juego. Porque el enemigo no está jugando ni descansa, tiene sed y hambre de ti…tu aroma le produce un insaciable deseo de caza que lleva tu nombre, ¡es la temporada para buscarte! quiere devorarte apenas tenga la oportunidad. Mantente distante y no te alientes a pecar. El más mínimo error en un campo de batalla te puede costar la vida, el matrimonio, noviazgo, tu carrera, tu ministerio. El pecado hará que dejes huellas y sea más fácil rastrarte.

Cuando decides mentir, engañar, hablar mal de alguien, guardar rencor, no perdonas, abres una página en internet que no debes, allí en ese momento, eres visible para el cazador. Por más que huyas o corras serás visible porque has cruzado la línea, has ingresado al peor territorio que te podrías imaginar, estas en el terreno de quienes te buscan, no solo arriesgas tu vida, estas aceptando las letras pequeñitas del contrato de frontera, ya sea que aceptes la esclavitud, ser torturado(a) y que hagan contigo lo que quieran. Más alarmante aun, fue tu decisión lo que te llevo allí. ¡Nadie cae en pecado! CAER es un accidente, nadie planifica salir de paseo y caerse a tal hora. El pecar es asunto de decisión, la gente no “cae en pecado” las personas deciden pecar. Punto. Es tu decisión. Cuídate de no acercarte a las líneas enemigas. El solo hecho de poner un pie en ellas, le dirá al enemigo que la recompensa por tu cabeza sigue vigente. Mira hacia abajo, fíjate donde están tus pies. Aún hay tiempo para arrepentirte y devolverte. Dios quiere ayudarte, que le confíes tus fallas y confieses tus pecados. Te anhela con Amor pero requiere de tu determinación para cambiar.

Quita tu pie de esa línea inmediatamente, ¡NO LA CRUCES! tu vida ha sido salvada a milímetros del cambo enemigo porque Jesús te busca y mejor aún, ya te encontró y trajo refuerzos…



Miguel Gutiérrez